lunes, 11 de junio de 2012


 Cuidado de Enfermeras,

Enfermería actual: Desarrollo y evolución de la Enfermería

A lo largo de los siglos, la historia de la asistencia sanitaria se delinea en torno a dos orientaciones:
- Una, la de garantizar el desarrollo de la vida y
- La otra, la de alejar la muerte.

Las dos, han sido relevantes en la historia del desarrollo de la profesión sanitaria. Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX se produce, uno de los mas relevantes progresos en el campo de las asistencia de enfermería. Se realiza en los Estados Unidos. Un país caracterizado, en ese momento, por un fuerte empuje expansionista y progresista en todos los sectores de la sociedad, de la economía y de la cultura; lo que influye en el tenor de vida de la población y en que el nivel de formación profesional mejore sensiblemente de forma muy rápida. En esta época se desarrollan varios modelos de enfermería:

1-El modelo de enfermería inspirado en  el de F. Nightingal, aunque tomando sobre todo el aspecto organizativo, lo que lleva a derivarlo en una mujer manager, de clase social elevada, no enfermera, que controla y organiza la actividad de enfermería, desvinculada en cierta forma del control del médico y de la organización hospitalaria.

2- El segundo modelo propuesto por Linda Richards plantea la actividad de enfermería bajo el control del médico.

3- El tercero, ideado por una canadiense, Isabel Hampton, se funda sobre el concepto de profesión como actividad laboral y con una preparación y competencias propias en su campo de actuación. Para esto amplió el periodo de formación de las estudiantes de uno a tres años. Y ya en 1907 introduce los estudios de enfermería en el ámbito de la universidad y comienzan a impartirse los estudios en la universidad de Columbia (Nueva York) Unida a este nivel de formación se plantea la autonomía del profesional y sus competencias dentro del ámbito asistencial. Las áreas de competencia de la enfermera son distintas y su relación interpersonal con el médico, el paciente y la familia se transforman, produciéndose un dialogo de responsabilidad y decisión diferentes, no solo en la forma sino también en el fondo. Como consecuencia de estas atribuciones se produce un profundo cambio respecto a su responsabilidad ética. El modelo asistencial va evolucionando desde ser una rígida jerarquización, hasta constituirse en una relación interprofesional de equipos asistenciales integrados por todos aquellos que tienen una actuación que incide de forma más o menos directa en el enfermo. Hasta finales de los años 60 la autoridad del médico sobre el enfermo y los profesionales de la salud no ofrecía discusión posible. Pero ha ido sufriendo una profunda modificación. Esto ha ocurrido esencialmente por dos motivos: el primero es la progresiva concienciación del enfermo acerca de sus propios derechos y a su libertad de elección; y por otra la, ya comentada, profesionalización del trabajo de enfermería. Especialmente fluida debe ser la comunicación entre la enfermera y el médico, para lo que nos parece imprescindible el respeto mutuo y la consideración en el desarrollo de sus distintas tareas. Esto que es tan fácil de entender y aún más de decir, resulta en demasiadas ocasiones difícil de llevar a cabo y tiene como consecuencia sobre el enfermo que no sabe exactamente a quien acudir. Es evidente la reciproca necesidad de una integración entre las dos profesiones. Nos parece que no debe existir una relación de autoridad mayor del médico  sobre la enfermera sino que según su formación académica cada uno tendrá conocimientos más valorables

Diagnóstico y tratamiento o a los cuidados más adecuados en cada situación y el tratamiento que se le deberá aplicar en sus necesidades básicas. ¿Cual es el más importante? No sabría definirlo de manera absoluta sino que me parece fundamental la relación del aspecto profesional para llegar a ofrecer al enfermo una atención integral. La colaboración interprofesional obliga a médicos, enfermeras  y a otros profesionales sanitarios a compartir ideales y proyectos comunes, a fin de que sus competencias específicas se integren en su responsabilidad colectiva, servir al enfermo, a través, por un lado, del apoyo mutuo que crea el espíritu de equipo y por otro del seguimiento de unas normas éticas que regulan la comunicación, la resolución coordinada de problemas, la justa distribución de funciones y tareas, la equitativa solución de los conflictos y, finalmente la evaluación objetiva del trabajo y la competencia. Estas suelen ser en muchas ocasiones los motivos que dificultan el trabajo en equipo, es decir el querer seguir imponiendo una decisión sobre el enfermo sin contar con la opinión del enfermo y sin considerar el trabajo y la información que aportan el resto de compañeros como puede ser la psicóloga, la enfermera, la auxiliar, el capellán. Es evidente que no todos disponen de los mismos datos ni de la misma información pero si es muy importante considerar todos los puntos de vista a la hora de tomar una decisión respecto a un determinado enfermo, ya que cada uno de ellos estarán incidiendo sobre esa misma persona y cada uno tendrá unos datos distintos que pueden ser muy importantes al relacionarnos con él. Este modelo aún no se encuentra totalmente integrado en  el modelo asistencial de nuestro país, excepto en las Unidades de Cuidados Paliativos que también son de tan reciente creación y que tienen una filosofía propia de actuación, que, en mi opinión, con el tiempo deberían ser referente para todas  las unidades asistenciales de las distintas especialidades.

Función primordial de la Enfermería: los cuidados

Lo que no ha cambiado en ningún momento es la función primordial de la enfermería: CUIDAR

Cuidando restablecemos la salud y cuidando promovemos salud y protegemos de la enfermedad. La definición clásica de Enfermería, formulada por Virginia Henderson, dice que nuestra función “Ayudar al individuo, sano o enfermo, en la ejecución de las actividades que contribuyen a conservar la salud o a su recuperación, que sin duda el sujeto llevaría a cabo él solo si dispusiera de la fuerza necesaria  y de los indispensables conocimientos, debiendo desempeñar esta función de tal manera que le ayude además a lograr absoluta independencia cuanto antes”. Yo me atrevo a añadirle algo mas a esta definición, y es: el ayudarle a que tenga una muerte apacible y tranquila. Definiré, a continuación lo que se entiende por cuidados de enfermería.Según la enfermera Pura Rojas: ”Los cuidados en enfermería se pueden considerar como una actividad autónoma e interdependiente mediante la cual se identifican las necesidades del paciente y/o la familia, se determinan los requerimientos y se prevén los medios para satisfacerlos de forma terapéutica, de acuerdo con las posibilidades del paciente y/o la familia y enfermería. Constituyen un conjunto de actividades encaminadas a la conservación y desarrollo de las potencialidades del ser humano, tanto en la esfera bio-fisiológica como psicológica y socio-cultural. La enfermería ayuda al individuo, a la familia y a la comunidad, en la consecución de la satisfacción de sus necesidades básicas, conservación de sus fuerzas, de su recuperación y apoyo en los procesos de adaptación, a través de sus cuidados.”

La enfermera como persona experta en proporcionar cuidados a la población, basa su actividad en cubrir las necesidades del individuo en todos los aspectos del ser humano. Esta concepción del ser humano como un todo indivisible ha proporcionado unos conceptos actuales a la enfermería que nos lleva a dirigir nuestra práctica  a la atención integral individualizada. Es indudable que la función cuidadora al ser tan básica y humana se ha visto y se ve influenciada  por cuantos aspectos sociológicos, culturales y antropológicos existan en una determinada sociedad. Hay quien opina que en la actualidad los avances en la medicina, y el masivo aumento de la tecnología en el campo de la salud, contribuyen a transformar y desvirtuar la función cuidadora que como profesión desarrollábamos, y se va acercando a la imagen de la enfermera como auxiliar de esta nueva situación de tecnificación, perdiendo su papel primordial (cuidar) por presentarse ante sus propias expectativas profesionales como de menor prestigio social y categoría técnica. De este desequilibrio en la pérdida del concepto de lo que es propio de nuestra profesión, es decir del cuidar, el más perjudicado ha sido el “cliente” de los Servicios de Salud, a quien se le ha estado prestando una asistencia centrada sólo en el diagnóstico y tratamiento, dejando la valoración de sus necesidades y los cuidados a un lado. La función cuidadora se ha estado centrando solo en la enfermedad, no teniendo en cuenta que ésta no se limita solo a este aspecto, sino al cuidado de la persona sana para que sea capaz de conservar su salud, obteniendo así el auténtico objetivo de toda sociedad que es   mantener niveles óptimos de salud y bienestar. Todos estos cambios han contribuido a dar contenido a la actuación enfermera y al servicio que tiene que prestar a la sociedad. La  enfermera mantiene relación personal y constante  con los enfermos  y sus familiares, identifica sus necesidades  físicas, psicológicas, espirituales y sociales, planifica la actuación a seguir para cubrirlas, y mantiene una observación y evaluación constante de  los resultados. De estar actuando sólo por indicaciones de otros y con el ejercicio de la rutina, ahora trabajamos con una metodología propia y un marco conceptual  que  orienta nuestra actividad. He tenido la suerte y la responsabilidad de poner en marcha la Enfermería de un Hospital de esta ciudad, impregnarla de una cultura con unos ideales concretos que definen a la propia Institución.